La figura del jefe del Estado en Polonia va mucho más allá de ser simplemente representativa. Las atribuciones que le concede la Constitución permiten al presidente contar con gran influencia en el proceso legislativo. El presidente puede iniciar un proceso legislativo y además tiene derecho de veto sobre la legislación aprobada, veto que solo puede ser superado por una mayoría de 3/5 de los miembros del Sejm (cámara baja del Parlamento).

Como supremo representante del Estado, el presidente ratifica y revoca los tratados internacionales y nombra a embajadores. Tiene derecho de clemencia sobre los condenados.