Dos funcionarios de los servicios de espionaje del Ministerio de Defensa británico mostraron su inquietud por el lenguaje utilizado por el Gobierno de Tony Blair en su polémico informe sobre Irak, según admitió ayer un alto cargo de dicho ministerio. Martin Howard, subdirector del Departamento de Inteligencia de Defensa, testificó durante el primer día de la investigación que lleva a cabo el juez Hutton, para determinar las circunstancias que rodearon a la muerte del científico David Kelly.

Howard señaló que los citados funcionarios expresaron a sus superiores su preocupación por la forma en que había sido utilizado el material que suministraron y que, "probablemente", Kelly lo sabía. Howard --que entonces era jefe de Comunicaciones de Defensa-- precisó que nunca se cuestionó si los datos debían incluirse en los informes del Gobierno, sino que la controversia se centró en si se debía utilizar la frase "datos del espionaje sugieren" o "indican" o "demuestran".

El primer día de la investigación puso de manifiesto que Kelly era un prestigioso experto en armamento, "reconocido internacionalmente", que conocía perfectamente la capacidad bélica de Irak. El primero en declarar, a través de videoconferencia desde Australia, fue Terence Taylor, amigo de Kelly, con quien trabajó como experto en armamento en la ONU. Terence Taylor dijo que Kelly había desempeñado un papel muy importante en el descubrimiento del programa de armas biológicas de Irak y calificó su trabajo en este país, que visitó 35 veces, como "extraordinariamente exitoso".

En relación al estado de ánimo de Kelly, que supuestamente se suicidó tras haber sido identificado como la fuente de la BBC en unas informaciones críticas con el Gobierno sobre la guerra de Irak, Taylor explicó que la última vez que estuvo con él, un mes antes de su muerte, le encontró con un estado de ánimo muy normal. "Hablamos de la boda de su hija", comentó.

ESTADO DE ANIMO

Otro de los testigos, Richard Hatfield, director de personal del Ministerio de Defensa, reveló que una de las funciones de Kelly era informar a la prensa de los temas relacionados con Irak, aunque no estaba autorizado para discutir asuntos "políticamente controvertidos". En este sentido, aseguró que Kelly "se saltó las normas" al hablar con el periodista de la BBC Andrew Gilligan. Patrick Lamb, funcionario de Exteriores, dijo que fue este ministerio quien facilitó el número de teléfono de Kelly a la periodista de la BBC, Susan Watts, para que le asesorara sobre el dossier de armas de destrucción masiva.