Los errores de la lucha antiterrorista británica hacen insostenible la situación de Ian Blair. El futuro del polémico jefe de Scotland Yard es más que incierto tras la filtración ayer de la cadena de fallos policiales que desembocaron en la muerte del brasileño Jean-Charles de Menezes.

Los detalles forman parte del informe de la Comisión de Quejas de la Policía (IPCC), que investigó las circunstancias en las que Menezes fue abatido en julio de siete disparos en la cabeza por los agentes que lo confundieron con un terrorista suicida. Blair es también responsable de otra desastrosa operación antiterrorista en el este de Londres, en la que un sospechoso, que resultó ser inocente, fue herido de bala.

INFORMACION OCULTA Según los datos a los que ha tenido acceso The News of The World , varios altos mandos policiales supieron que Menezes era inocente pocas horas después de su muerte. Ian Blair, sin embargo, no conocía esa información cuando explicó en una conferencia de prensa que la operación estaba directamente relacionada con la segunda y fallida ola de atentados ocurrida en la capital el día anterior, el 21 de julio. Blair supo del mortal error con 12 horas de retraso, pero entonces trató de impedir la investigación de la comisión, evocando el respaldo del primer ministro, Tony Blair.

OPERACIONES DE VIGILANCIA Los mandos policiales manipularon, además, el registro escrito en el que se detallaba datos de las operaciones de vigilancia del sospechoso. Una palabra fue cambiada para que no se supiera cómo uno de los miembros del equipo de seguimiento, la rama especial de la policía conocida como SO12, había descartado que Menezes fuera el hombre que buscaban.

La opinión de ese agente no fue transmitida a sus superiores por el jefe del comando y no llegó a los especialistas en armas de fuego de la división CO19, quienes siguieron los últimos pasos del electricista brasileño, el pasado 22 de julio. Estos malinterpretaron, además, la orden de "pararle" y entendieron que se les ordenaba "matarle". Los agentes sostienen que recibieron la orden de "detenerle a toda costa", pero la jefa de la operación, Cresida Dick, declaró a la comisión que solo pidió que el sospechoso fuera arrestado.

El informe califica de "errores inexplicables" y "faltas graves" los fallos cometidos por Scotland Yard, de los que el último responsable es Ian Blair. Ayer, el secretario de Estado para la Policía, Tony McNulty, insistió en que el comisario jefe "estaba completamente seguro" en su puesto por el momento, pero no quiso hacer cábalas de futuro.