Los ecuatorianos votan hoy atiborrados de buenos augurios. La oferta electoral de sus 13 candidatos ha sido empalagosa. El magnate bananero Alvaro Noboa, como enviado de Dios que dijo ser, repartió dinero y ordenadores como un anticipo de la bonanza profetizada. "La patria vuelve", sostuvo el candidato favorito, Rafael Correa, a quien sus enemigos ven como un clon de Hugo Chávez. Pero, por ahora, la patria solo vuelve gracias a las remesas que envían millones de ecuatorianos desde Europa y EEUU.

Si lo sabrá la señora que el viernes al mediodía salió de una oficina de la Western Union sin soltar su nombre solo porque su hijo está sin papeles en "algún lugar" de España. Ha recibido 140 euros. Desde hace meses repite el rito y viene hasta el centro de transferencias a buscar el dinero que le sirve para "resolver algunas cositas".

Ya decidió cuáles: con lo que le mande su hijo en diciembre comprará, por primera vez en mucho tiempo, artículos decorativos para la Navidad. Desea un arbolito iluminado, el más bello de Chillo Gallo, un barrio del sur de Quito que alguna vez fue obrero y hoy es solo pobre.

Remesas salvadoras

En los último cinco años se fueron de este país --donde los presidentes ascienden y caen con sorprendente facilidad-- más de un millón de personas. Solo el año pasado, el exilio ecuatoriano envió a sus familias unos 1.633 millones de euros.

El 44% de esa suma viene de España y representa el 3,6% del producto interior bruto (PIB). Ese aporte es más significativo que el banano y la pesca. Apenas el petróleo reporta más dividendos. "Las remesas de España son claves en la estabilidad", opina Iñigo Moré, consultor de mercados emergentes y fundador de la red Remesas.org.

Y esa economía tuvo en el primer semestre del 2006 un crecimiento del 4,9%, empujado fundamentalmente por la demanda interna. "La inmigración no solo es una válvula de salida que reduce las tensiones sociales, sino que significa, a través de las remesas de dinero, una de las principales fuentes de esta explosión del consumo", explicó en declaraciones a este periódico Pablo Toledo, exviceministro de Economía.

Un gran negocio

Marta trabaja en una imprenta. En la tarde del viernes, llegó a Sandoval Finanzas a buscar 300 dólares que "un familiar" le despachó desde las islas Canarias. "Para que yo se lo guarde", dijo. El envío de dinero se ha convertido en otro de los grandes negocios. Delgado cambio, Latinoenvío, Trans Fast Finanzal Services, Change point, La Caixa-remesa, son algunas de las compañías dedicadas a esa lucrativa actividad financiera.

La escena siempre es la misma: fuera, dos guardias privados controlan las puertas con armas de grueso calibre; dentro, la patria que retorna contante y sonante. "Los gastos de transferencia son altos", se queja un hombre. Mandar 150 euros desde España tiene aproximadamente un coste del 3,7% de la cantidad transferida, en el mejor de los casos. Pero de acuerdo con Remesas.org, cuando el envío de dinero se realiza entre el BBVA y el Banco de Guayaquil, los remitentes llegan a perder hasta el 22,9% de la cantidad transferida.

Los inmigrantes ecuatorianos que están en España provienen por lo general de Pichincha, Guayas y Laja, lo que se llama la Sierra Sur. Su población --campesina e indígena-- es de muy escasos recursos. Según Lorena Altamirano, del Plan Migración, Comunicación y Desarrollo, la remesa primero apunta a cubrir la deuda contraída para sufragar la travesía. Si ha sido ilegal, el coyote que la financió estará esperando recibir su parte.

Gastos básicos

Las familias que pueden se urbanizan, es decir, se trasladan a vivir a una ciudad. Otras dedican el dinero a gastos básicos y después a artículos de consumo como móviles o reproductores de DVD. "Lamentablemente, la educación todavía no es la prioridad, salvo para los que ya hace mucho tiempo que viven afuera y han adquirido ese valor", reconoció a este diario Verónica Albuja, socióloga de la Universidad Central.

Marta, la joven empleada en la imprenta, acaba de recoger el dinero que le ha enviado su familiar. Tiene los billetes estadounidenses en la mano y los acaricia como si se tratara del lomo de un gato.