Con el objetivo de pedir mayor cooperación a las autoridades de Irak, los jefes de los inspectores de la ONU para el desarme, Hans Blix y Mohamed el Baradei, iniciaron ayer una visita de 36 horas a Bagdad, considerada crucial para determinar durante la próxima semana el curso que tomará la crisis. El viernes, Blix y El Baradei deben presentar ante un dividido Consejo de Seguridad su informe sobre el grado de colaboración de Irak.

Uno de los objetivos de la visita de Blix y El Baradei es lograr que el régimen iraquí autorice el vuelo de aviones espía estadounidenses U-2, una petición rechazada hasta ahora por Bagdad.

Mientras, el Gobierno de Bush recibió ayer un duro varapalo del que fue jefe de la anterior comisión de inspección de la ONU en Irak, Scott Ritter, que estimó que el informe de Powell "no tiene nada que ver con la realidad".