Al menos 12 coches bomba, cerca de 30 muertos y alrededor de un centenar de heridos. Esta fue la respuesta que dio ayer la insurgencia a la formación de un nuevo Gobierno en Irak. La mayor parte de los atentados, siete, fueron perpetrados en Bagdad, y tres, en la ciudad de Madain, situada a sólo 30 kilómetros al sur de la capital. El blanco de gran parte de los ataques fueron las fuerzas de seguridad iraquís, aunque algunas de las víctimas fueron civiles.

Los ataques de ayer, muchos de ellos cometidos por suicidas, no sólo certifican que los rebeldes han recuperado capacidad ofensiva --así lo reconoció ayer el Ejército de EEUU-- sino que demuestran ser el fruto de una buena organización. De hecho, como ya ha ocurrido en atentados precedentes, algunas de las explosiones se registraron de manera casi simultánea.

DETONACIONES SEGUIDAS Así ocurrió con dos de los cuatro coches bomba que estallaron en el barrio suní de Adamiya, en el norte de la capital, que causaron 13 muertos y 50 heridos. Las dos explosiones se registraron en un intervalo de apenas 10 minutos. Además, los insurgentes lanzaron en la misma zona varios proyectiles de mortero. Uno de los vehículos estalló muy cerca de un restaurante en el que un grupo de policías e integrantes de la Guardia Nacional desayunaban.

La ofensiva continuó poco después con otras dos explosiones en un barrio del este de la capital. Allí, un militar iraquí murió y ocho quedaron heridos. En Tayi, a 15 kilómetros de Bagdad, murió un soldado estadounidense y dos resultaron heridos tras explotar un vehículo al lado de una base militar norteamericana. Otros dos militares de EEUU fallecieron en un atentado en Diyara, al oeste de Irak.

Las bombas de Madain mataron a 9 soldados iraquís e hirieron a por lo menos 35 personas. De estos atentados se responsabilizó el grupo del terrorista jordano Abú Musab al Zarqaui, el jefe de Al Qaeda en Irak.

Ayer, en una página web, una voz que se identificó como Zarqaui arremetió contra el presidente de EEUU, George Bush, y animó a sus seguidores a intensificar los ataques contra el Ejército estadounidense. "Juramos por Alá, Bush, perro de los cruzados, que no te dejaremos en paz, y que tu Ejército no disfrutará de una vida placentera mientras la sangre circule por nuestras venas y nuestro corazón siga latiendo", dice la voz.

Atentados en Arbil, Basora y Baquba causaron tres muertos.

Mientras, los políticos sunís amenazan con no cooperar con el Ejecutivo. El expresidente del país, ahora vicepresidente, el suní Gazi al Yauar, avisó de que los cuatro ministros sunís podrían dejar el Gobierno si el primer ministro, Ibrahim Yafari, no concede a esta comunidad la cartera de Defensa, que de manera interina, y fruto de la falta de acuerdo, dirigirá el propio primer ministro. También exigen uno de los dos cargos de viceprimer ministro aún vacantes.