La fuerza internacional policial Interpol se sumó ayer a la investigación del envenenamiento del exespía ruso Aleksandr Litvinenko, para coordinar los esfuerzos de los investigadores de Alemania, Francia, Italia, Rusia y el Reino Unido.

"La Interpol ha sido convocada para ofrecer un intercambio de información más rápido entre varios países. De hecho, ya estamos ayudando en este ámbito", dijo el jefe de la oficina en Rusia, Timur Lajonin. El exagente del Servicio Federal de Seguridad (FSB, el antiguo KGB) Aleksandr Litvinenko, exiliado en Gran Bretaña, murió en Londres el 23 de noviembre por consumir una alta dosis de polonio-210, un isótopo radiactivo muy tóxico.

En una nota póstuma difundida por sus allegados, el exespía acusó directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, de ordenar su asesinato. Varios altos cargos rusos han calificado de "absurda" la versión de que la muerte de Litvinenko fue obra del FSB.

Mientras, los análisis determinaron ayer que la exesposa de Dmitri Kovtun --que se reunió con Litvinenko en el Hotel Millennium de Londres--, sus dos hijos y la actual pareja de la mujer no han sido intoxicados y que están hospitalizados de forma preventiva.