La crisis política en Irlanda del Norte se agudizó ayer después de que el Ejército Republicano Irlandés (IRA) advirtiera a los gobiernos del Reino Unido y de Irlanda de que "no subestimen la gravedad de la situación". El nuevo comunicado enviado a la TV pública irlandesa RTE fue el segundo dek IRA en 24 horas.

El miércoles por la noche, la banda había indicado que abandonaba el programa de desarme, como respuesta a las acusaciones que les implican en el robo de 37 millones de euros. La reacción de los gobiernos de Londres y de Dublín fue restar importancia al anuncio, lo que provocó la nueva declaración del IRA, acusando a ambos ejecutivos de "minimizar" la posición de la organización y "arruinar" el proceso de paz.

ADAMS NO PRECISA Gerry Adams, presidente del Sinn Féin --brazo político del IRA--, se negó una y otra vez, en la conferencia de prensa que celebró en el clausurado Parlamento de Stormont, a responder a la pregunta de si el IRA mantendrá el alto el fuego pese a detener su desarme.

"La confrontación no es el camino para seguir adelante porque, de lo contrario, el proceso de paz puede ser tan pasajero como la estancia del señor Blair en Downing Street", afirmó Adams. El jefe negociador del Sinn Féin, Martin McGuinness añadió que las acusaciones culpando al IRA del robo del Northen Bank en Belfast, en diciembre, han "dado al traste" con las posibilidades que la banda complete el desarme. Desde el Ejecutivo británico, Paul Murphy, el ministro para Irlanda del Norte, respondió que el problema no era la confrontación sino terminar con todas las actividades ilícitas de la banda republicana.