Buscaba mujeres con problemas emocionales, sin familia o con deseo de venganza y hablaba con ellas las veces que hiciera falta hasta convencerlas de que su existencia solo cobraría sentido si se convertían en terroristas suicidas. Esta fue la siniestra labor que durante varios años realizó Samira Ahmed Iasim al Azaui, una iraquí de 51 años que ha confesado haber reclutado y adoctrinado a 80 mujeres para convertirlas en terroristas suicidas. Según su propia declaración a la policía iraquí, 28 de sus pupilas acabaron quitándose la vida en acciones kamikazes.

La detención de Samira Ahmed, cuyo apodo era Um al Muminín (La madre de los creyentes), fue anunciada por el portavoz de las fuerzas de seguridad de Bagdad, el general Kasim al Musaui. La detenida pertenecía a Ansar al Suna (Los Seguidores de la Tradición del Profeta), un grupo vinculado a Al Qaeda.

El general Musaui explicó que ella convencía a esas mujeres, las ponía en contacto con los hombres que les entregaban el explosivo y las acompañaba a las cercanías del lugar del atentado. De hecho, en el 2007, en esta región se registraron al menos 17 ataques suicidas perpetrados por mujeres. En el 2008, fueron unos 20. Esas acciones se inscribían en la táctica de Al Qaeda de emplear a mujeres, menos sospechosas que los hombres.

Las autoridades iraquís mostraron a la prensa un vídeo en que la detenida, en respuestas a un interrogador anónimo, explicaba cómo captó y condujo al martirio a varias mujeres. Una de ellas fue indentificada como Um Huda (La Madre de Huda). "Cuando hablaba con ella no me respondía ni me miraba, solo susurraba frases del Corán", explicó Samira, que continuó: "Se explotó en una estación de policía de Mukdadya", una localidad de 250.000 habitantes. Ese atentado coincide con una masacre de agosto del 2007 que costó la vida a 12 personas.