El Parlamento de Irak votó ayer por la noche retrasar una semana el plazo previsto para la presentación del borrador de la nueva Constitución. La decisión ha puesto de manifiesto la incapacidad de las facciones iraquís para ponerse de acuerdo sobre el modelo de país y supone un duro revés para el calendario de democratización elaborado por Washington.

Veinte minutos antes de la medianoche, hora en que expiraba el plazo para que el Parlamento iraquí recibiera el borrador del nuevo Tratado, los diputados votaron a mano alzada una modificación de la ley de administración del Estado --que rige el país desde el año pasado-- que permite posponer hasta el próximo lunes la presentación del texto. La ley establecía que si el borrador de la Constitución no estaba listo el 15 de agosto, el Parlamento iraquí debía convocar nuevas elecciones y disolverse; modificarla era la única manera de dar más tiempo a la negociación y evitar que el país cayera en un difícil periodo de inestabilidad política.

La sesión en la que el Parlamento tenía previsto recibir el texto del Tratado se pospuso varias veces. La incapacidad de kurdos, shiís y sunís para ponerse de acuerdo sobre aspectos fundamentales como el peso del islam en el nuevo Irak hacía imposible obtener un consenso.

"Hemos desplegado grandes esfuerzos y hemos llegado a acuerdos sobre temas importantes, pero el texto decisivo necesita más tiempo", manifestó el presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, durante un breve discurso ante los diputados.

RESIGNACION EN EEUU El retraso preocupa tanto o más en Estados Unidos. Responsables estadounidenses han presionado en los últimos días a la Comisión Constitucional iraquí cara a que no sufriera retrasos un calendario de democratización del que depende en gran parte la retirada gradual de las tropas desplegadas en este país.