El viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, advirtió ayer al Gobierno de José María Aznar de su "error político y moral" al apoyar los planes de EEUU de iniciar una guerra, cuando "nadie en su sano juicio puede creerse que Irak posea armas de destrucción masiva y que éstas representen una amenaza para el pueblo americano".

El hecho de que el despliegue militar estadounidense y británico prosiga en la zona, pese a que los expertos de la Comisión de Vigilancia, Verificación e Inspección de la ONU (Unmovic) no han hallado hasta el momento rastro de armas biológicas, químicas o nucleares demuestra, según el dirigente iraquí, que Washington busca excusas para su "proyecto de dominación de Oriente Medio" e "impone su hegemonía sobre gobiernos" de países como España.

CAMBIO DE ACTITUD

El viceprimer ministro iraquí preguntó a Aznar las razones de "su extraño cambio de actitud" respecto a la década de los 90, cuando las autoridades iraquís percibían, en sus visitas a la Moncloa "una postura equilibrada" por parte del Ejecutivo. Según Aziz, España sacaría más provecho económico de unas buenas relaciones bilaterales y comerciales.

El control del petróleo de la segunda reserva mundial significará, según Aziz, "la pérdida de soberanía e independencia no sólo de Irak, sino el fin de la autonomía política y económica de Europa y Japón", que pasarán a depender de las petroleras de EEUU para abastecer sus mercados energéticos.

ESPAÑOLES EN BAGDAD

Unas 200 personas, un centenar de ellas españolas, se manifestaron ayer ante la sede de Naciones Unidas en Bagdad para pedir el levantamiento de las sanciones a Irak y un freno a la guerra. La delegación española ha llevado hasta Irak por quinto año consecutivo su solidaridad y su mensaje de oposición a un ataque.