El régimen iraní bajó ayer el tono de sus amenazas hacia Israel. En un comunicado, el Gobierno de Teherán dejó claro que su intención no es atacar al Estado hebreo, por mucho que su presidente, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, proclamara esta semana que "Israel debe ser borrado del mapa". Las autoridades iranís, por contra, calificaron de "inaceptable" la resolución de condena que emitió el viernes el Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se llamó al orden al presidente iraní.

"La República Islámica de Irán es fiel a la Carta de la ONU. Nunca hemos amenazado con recurrir a la fuerza contra otro país", afirma el Ministerio de Exteriores iraní. Según considera Teherán, la declaración condenatoria de la ONU fue "propuesta por el régimen sionista para cubrir sus crímenes y dar una imagen contraria a la realidad".

El Gobierno iraní critica lo que ve como doble rasero de la ONU, que condena las palabras de su presidente pero no las amenazas de ataque militar de EEUU e Israel contra Irán a cuenta de su programa armamentístico. "¿Cuántas veces el Consejo de Seguridad se ha reunido para examinar las amenazas vertidas contra un Estado miembro y cuántas declaraciones condenatorias se han adoptado?", pregunta el ministerio.

LA CAUSA PALESTINA Por lo demás, Teherán recordó que su objetivo no es la eliminación física del Estado de Israel, sino que el Ejército hebreo "abandone los territorios ocupados, regresen los refugiados, se organice un referendo y se instaure un Estado palestino democrático con Jerusalén como capital".

Las declaraciones del presidente iraní han dado munición a los gobiernos que quieren que el Consejo de Seguridad tome cartas en su programa armamentístico. La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, usó ese argumento para avisar de que las palabras de Ahmadineyad "hay que tomárselas en serio".