Un tribunal revolucionario de Irán sentenció ayer a ocho años de prisión a la periodistas irano-estadounidense Roxana Saberi, de 31 años, que ha sido hallada culpable de espionaje. Saberi, de padre iraní y madre japonesa, rechazó todos los cargos y ha anunciado que iniciará una huelga de hambre.

El juicio, que empezó esta semana, se celebró a puerta cerrada y ni siquiera el padre de la informadora, que viajó desde EEUU, pudo estar presente en la sala del tribunal. Es la primera vez que una periodista estadounidense es acusada de espionaje en Irán, país que rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos en 1979, tras la revolución islámica del gran ayatolá Ruholá Jomeini.

Saberi, que hace seis años que vive en Irán, fue detenida en enero, acusada primero de comprar de forma clandestina una botella de vino. En Irán, la venta y consumo de alcohol están prohibidos. Poco después se le acusó de haber trabajado como periodista sin tener permiso de las autoridades. Y por último, hace apenas dos semanas, de espía por pasar "información clasificada" a los servicios de inteligencia de EEUU. Teherán no ha dado detalles sobre las supuestas actividades de espionaje de Saberi.

"COACCIONES" El abogado defensor, Abdolsamad Khorram- shahi, afirmó ayer que apelará la sentencia. El padre de la joven, Reza Saberi, se mostró sorprendido por la dureza de la condena. Según explicó, las autoridades presionaron a su hija en los interrogatorios para que afirmara declaraciones que después utilizaron en su contra. "La coaccionaron y la engañaron", afirmó.

La condena a la periodista, que trabaja como freelance para varios medios, como la británica BBC o la estadounidense Fox, se ha producido en pleno avance en las relaciones entre Washington y Teherán. El presidente de EEUU, Barack Obama, se ha mostrado dispuesto a hablar cara a cara con las autoridades iranís para limar diferencias en temas como el programa nuclear. Desde Teherán se ha enviado un mensaje de acercamiento hacia la nueva Administración de Estados Unidos.

DETENCIONES ANTERIORES En todo caso, se desconoce en qué medida el caso Saberi puede representar un obstáculo en la mejora de las relaciones de los dos países. En los últimos años, las autoridades han detenido a varios irano-americanos, aunque nunca han sido llevados a juicio y han sido puestos en libertad.