Irán inyectará mañana la primera carga de combustible la nueva planta nuclear de Bushehr, situada a orillas del golfo Pérsico, anunció hoy el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, Alaedin Boroujerdi. En declaraciones divulgadas por la prensa estatal, el responsable explicó que expertos iraníes introducirán el citado combustible "en el corazón del reactor mañana martes" y definió la ocasión como "una gran victoria de Irán" sobre las grandes potencias. "Alemania, el Reino Unido y Francia se han opuesto a transferir a los investigadores la tecnología para (construir) centrifugadoras. Pero hoy en día tenemos entre siete mil y ocho mil", citado por la agencia estatal Irna. "A pesar de las políticas de Estados Unidos y ciertos estados europeos, que han impuesto sanciones a la República Islámica, seguiremos adelante con nuestras políticas. Si ellos no construyen una planta para Irán, Irán lo hará por sí mismo", amenazó. Teherán comenzó a construir la planta nuclear de Bushehr en la década de los setenta con ayuda alemana, un proyecto que quedó interrumpido por el triunfo de la revolución islámica que en 1979 depuso al último Sha de Persia, Mohamad Reza Pahleví. Los trabajos, que concluyeron el pasado verano tras una serie de retrasos, fueron retomados hace diez años con la colaboración de Rusia. Las autoridades nucleares iraníes habían anunciado el pasado 21 de agosto que ya se habían comenzado las labores de alimentación de la planta y que ésta estaría lista para conectarse a la red eléctrica en octubre o noviembre. Sin embargo, el mes pasado el director del Organismo iraní de la Energía Atómica (OIEA), Ali Akbar Salehí, ya dio a entender días atrás que la citada conexión al tendido eléctrico no será posible hasta finales del presente año o principios de 2011. Gran parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos e Israel a la cabeza, acusa a Irán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de naturaleza clandestina y aplicaciones bélicas cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal atómico, alegación que Teherán refuta. El régimen iraní desestimó en noviembre de 2009 una propuesta de Washington, Moscú y Londres para intercambiar su uranio al 3,5 por ciento por combustible nuclear al 20 por ciento para la planta de investigación que posee en la capital. Desde entonces, no ha habido negociaciones formales entre ambas partes, aunque podría reanudarse el próximo 15 de noviembre en Viena. En febrero de este año, Irán desoyó las advertencias de la comunidad internacional y comenzó a enriquecer uranio al 20 por ciento, lo que llevó a que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas le impusiera nuevas sanciones.