Irán se mantuvo firme en su órdago a la comunidad internacional. En respuesta al ultimátum de las grandes potencias, el régimen de Teherán informó que no piensa suspender su programa de enriquecimiento de uranio, según anunciaron los principales medios de comunicación iranís.

En julio, el grupo conocido como 5+1, formado por los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, EEUU, Francia, Gran Bretaña y Rusia) y Alemania, ofrecieron al régimen iraní un paquete de ayudas, que incluían la transferencia de tecnología nuclear de uso civil y el apoyo a su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), a cambio de que renunciaran al enriquecimiento de uranio. De no aceptar antes del 30 de agosto, se enfrentarían a sanciones.

La respuesta iraní fue entregada en Teherán por el secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Irán y jefe del equipo negociador, Alí Lariyani, a los embajadores de Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Suiza (que representa a Estados Unidos en Irán).

El régimen iraní no incluyó en su respuesta su disposición a abandonar el enriquecimiento y se limitó a ofrecer una vuelta a la mesa de negociación. "Estamos dispuestos a comenzar unas negociaciones serias con el 5+1 desde mañana mismo por hoy", anunció Larijani, que censuró a la potencias mundiales por haber llevado el asunto ante el Consejo de Seguridad.

El negociador iraní invitó a los representantes del 5+1 a "regresar lo más rápido posible a la mesa de negociaciones" para "hablar de todas las cuestiones de la oferta, tanto las cuestiones nucleares como la cooperación a largo plazo en los terrenos económico y técnico, y la cooperación en seguridad en la zona".

Esa respuesta no valió para EEUU, que lleva meses insistiendo en imponer sanciones a Irán. El embajador de EEUU ante la ONU, John Bolton, avisó de que su país está preparado para presentar inmediatamente una propuesta de resolución que imponga sanciones económicas a Irán.

POCA DISPOSICION A COOPERAR El régimen iraní parece poco dispuesto a cooperar. Según fuentes de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, han impedido a sus inspectores acceder a una instalación subterránea de la central de enriquecimiento de uranio de Natanz.