El régimen iraní no cede a las presiones de la comunidad internacional y ayer rechazó la propuesta de procesar fuera de sus fronteras el uranio que almacena en las plantas nucleares, como ha sugerido EEUU, Francia y Rusia. Este plan "ya ha sido descartado", dijo el presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Asuntos Exteriores del Parlamento iraní, el diputado ultraconservador, Alaedin Boroujerdi.

El plan, propuesto el pasado 21 de octubre y que cuenta con el apoyo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), prevé que 1.200 kilogramos de uranio iraní, --enriquecido solo al 3,5%-- sea enriquecido hasta un 20% en Rusia y después transformarlo en combustible nuclear en Francia.

Es una manera de controlar el uranio iraní y evitar que lo utilice para fines militares. Boroujerdi dijo que Irán "no está obligada a cumplir" con lo que marca la comunidad internacional. "Los extranjeros no pueden establecer plazos", advirtió. El pasado viernes, en declaraciones a una televisión turca, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, avanzó la negativa a aceptar el plan. Ahmadineyad se mostró partidario de comprar directamente al exterior el uranio ya enriquecido. "La agencia (AIEA) nos ha dicho que hay algunos países que están listos a vendernos este combustible", señaló.

La actitud de Teherán incomoda a Rusia, su gran aliado. En un entrevista publicada por el semanario alemán Der Spiegel , el presidente ruso, Dmitri Medvédev, no descartó apoyar la imposición de sanciones a Irán si no hay avances en las negociaciones.