La tensión crece en Irán. El candidato reformista Mirhusein Musavi pidió ayer la anulación de los resultados que dieron la victoria en las elecciones del pasado viernes al actual presidente, el ultraconservador Mahmud Ahmadineyad. Los comicios "no fueron limpios", afirmó Musavi en un comunicado colgado ayer en su página web. La policía detuvo la noche del pasado sábado a un centenar de reformistas acusados de promover las protestas. Entre los arrestados se encuentra Reza Jatamí, hermano del expresidente del país, Mohamed Jatamí.

La calles de la capital volvieron a ser ayer, por segundo día consecutivo, escenario de duros enfrentamientos entre la policía y partidarios de Musavi. Ahmadineyad, por su lado, reunió a decenas de miles de sus seguidores en el centro de Teherán para festejar su contestada victoria.

RUMOR NO CONFIRMADO Por la mañana, corrió el rumor de que Musavi permanecía en arresto domiciliario. Poco después, su mujer, Zahra Rahnavard, desmintió la información. En todo caso, desde que se conocieron los resultados, que otorgan a Ahmadineyad el 62,6% de los votos, contra el 33,7% a su rival, Musavi no ha comparecido públicamente. Lo intentó el sábado, pero la policía impidió que los periodistas acudieran a la rueda de prensa que había convocado. En el comunicado, difundido a través de internet, Musavi pidió al Consejo de Guardianes, un poderoso organismo que vela para que se cumpla la Constitución, que se preste a anular los comicios presidenciales.

En el texto, acusa al Ministerio del Interior y a uno de los candidatos (en referencia a Ahmadineyad), de "fraude electoral". Ayer, en la capital, se registraron otra vez enfrentamientos esporádicos, sobre todo, en el centro y en la universidad de Teherán. La policía volvió a actuar con contundencia, tanto los agentes de a pie como la unidad de motorizados, apoyados por los basiyis --milicianos islámicos--. Los manifestantes lanzaron piedras y quemaron varias motos policiales, según declararon a este periodista algunos testigos.

HINCHAS DE FUTBOL En su primera comparecencia ante la prensa tras las elecciones, Ahmadineyad quitó importancia a las protestas. En una sala repleta de informadores, situada en el interior del complejo presidencial, el mandatario iraní comparó a los opositores que se echan a la calle con hinchas de un equipo de fútbol, su deporte favorito, que muestran "su cólera" tras haber perdido un partido. Utilizó el mismo símil cuando se le preguntó por los reformistas detenidos y los rumores sobre el supuesto arresto domiciliario de Musavi. En su respuesta, dijo que en situaciones de derrota "hay gente que comete infracciones. Todos los iranís somos iguales ante la ley", enfatizó.

Una vez finalizada la rueda de prensa, Ahmadineyad, se dirigió a la plaza Vali Asr, que cruza una de las arterias del mismo nombre de Teherán. Ahí le esperaban miles de seguidores con fotografías del mandatario y banderas iranís.

En referencia al contencioso nuclear, el reelegido Ahmadineyad afirmó que su Gobierno mantiene el compromiso de presentar un nuevo paquete de diálogo nuclear, pero advirtió de que las condiciones han cambiado. El Grupo 5+1, integrado por los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña) más Alemania, acusa a Irán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, un proyecto militar paralelo cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal atómico.

BAÑO DE MASAS Ahmadineyad, que pronunció un largo discurso que fue emitido en directo por la televisión iraní, se dio un verdadero baño de masas. Entre otros eslóganes, los concentrados gritaban "¡Te protegemos a ti, Ahmadineyad!" y "¡Ahamadineyad, el valiente que continúa la línea del líder!", en alusión al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, el hombre fuerte del régimen. Jamenei dio el sábado por bueno el resultado y pidió a los iranís que apoyaran al presidente electo, porque es "un ser divino".

En un momento de la marcha, un grupo de basiyis atacó a un joven partidario de Musavi, que lucía una camiseta verde, color de la esperanza de los reformistas. El agredido logró escapar gracias a que tres seguidores de Ahmadineyad frenaron a los agresores.

FAMILIAS ENTERAS En la marea humana había familias enteras y gran parte de las mujeres vestían con el chador, la túnica negra que esconde el cuerpo de la cabeza a los pies. Un hombre subido en una furgoneta lanzaba vítores al mandatario a través de un megáfono y al grito de "¡Ala Akbar!" (Dios es grande).