Pese a que Londres asegura que el deshielo diplomático ha empezado, Teherán no dudó ayer en recurrir por primera vez a la calle para dar una nueva vuelta de tuerca a la crisis. No eran muchos, apenas 200, pero los estudiantes islamistas que se congregaron ante la embajada británica en la capital iraní tuvieron dos largas horas para lanzar piedras y petardos, clamar consignas incendiarias y rememorar la ocupación de la legación de EEUU en 1979 antes de ser dispersados por la policía.

No hubo víctimas ni daños, a pesar de que algunos cohetes estallaron en el interior del complejo, vigilado por decenas de antidisturbios. Los manifestantes, mantenidos a una distancia prudencial por barricadas, reclamaban que los 15 marinos británicos capturados en aguas del golfo Pérsico el 23 de marzo sean juzgados y condenados. "Muerte a Gran Bretaña, muerte a América, muerte a Israel", clamaron los estudiantes basiyis --miembros de las milicias de los Guardianes de la Revolución--, entre llamamientos a su Gobierno a no ceder y a expulsar a los embajadores occidentales.

Londres respondió dando publicidad al acelerón que, según el ministro de Defensa británico, Des Browne, ha dado la vía diplomática. Desde Afganistán, donde visita a las tropas británicas, Browne afirmó que el Reino Unido mantiene ya "contactos bilaterales directos" con Irán.

CONFIRMACION DE EXTERIORES Instantes después, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico confirmó la existencia de dichos contactos entre su titular, Margaret Beckett, y su homólogo iraní, Manucher Motaki, aunque sin precisar cuándo ni cómo. El Sunday Telegraph publicó ayer que un comodoro de la Armada Real viajaría en breve a Teherán para negociar, pero ninguna fuente oficial hizo comentarios.

Mientras, el presidente Ahmadineyad echaba más madera contra "los poderes arrogantes que desaparecerán como burbujas en el agua". En un discurso por el aniversario de la revolución islámica en Mishadagh (suroeste), Ahmadineyad dijo que "los mártires iranís continuarán el sendero hacia la gloria marcado por los profetas" y prometió "próximas novedades" sobre el desarrollo del polémico programa nuclear iraní.

Por la noche, Irán difundió nuevas imágenes de los marinos secuestrados en las que dos de ellos indican sobre un mapa el punto en el que supuestamente fueron interceptados. Su testimonio no es audible, aunque la televisión iraní asegura que "confesaron" haber entrado en aguas territoriales de Irán.

Teherán también protestó por la "ocupación" por fuerzas británicas de su consulado en la ciudad iraquí de Basora el jueves, y denunció que el sábado dos aviones de EEUU violaron su espacio aéreo.