La crisis económica hizo recapacitar a los irlandeses. El Tratado de Lisboa, el mismo que habían rechazado en junio del 2008, ha quedado ahora listo para ser ratificado por Irlanda con el respaldo de una aplastante mayoría. En el referendo del pasado viernes el obtuvo el 67,1% de los votos y el no , el 32,9%. En la primera consulta, el no había logrado el 53,4% y el el 46,6%.

Un 20% de los votantes contrarios al Tratado ha cambiado de parecer y solo en 2 de las 43 circunscripciones electorales, situadas ambas en Donegal, al noroeste de la isla, ganó el no . El vuelco fue espectacular en 31 distritos, que en el 2008 vetaron el tratado y esta vez lo han respaldado. Incluso en las barriadas populares al suroeste de Dublín donde el no había logrado hace un año en torno al 65%, en esta ocasión ganó el con un 59%. En algunas zonas de la capital el llegó a cosechar el 82%.

Hay que remontarse al referendo de Amsterdam en 1998 para encontrar un apoyo tan masivo al . El resultado fue recibido con alivio por el Gobierno irlandés, ahogado en la impopularidad con la crisis, y por las autoridades de Bruselas. El miedo al aislamiento en tiempos de tempestad económica pudo más que el posible voto de castigo al primer ministro, Brian Cowen, que tiene ahora luz verde para iniciar el proceso de ratificación. "Hoy los irlandeses han hablado con voz clara y contundente. Es un buen día para Irlanda y para Europa", declaró Cowen.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, no esperó a conocer los resultados oficiales para "felicitar a los irlandeses por haber tomado por inmensa mayoría esta decisión, después de pensarlo larga y cuidadosamente". "Es un signo de que Irlanda reconoce el papel que Europa ha jugado en la respuesta de la crisis económica", señaló Barroso, aludiendo veladamente a los 120.000 millones de euros y otras ayudas que recibieron los bancos irlandeses de la banca europea cuando se vieron al borde de la quiebra.

El cambio de parecer de los votantes es para el ministro de Finanzas, Brian Lenizan, "una respuesta a la recesión". "Tenemos por delante unos desafíos económicos muy serios y las dificultades que atravesamos son precisamente la razón por la que la gente ha votado sí".

MAS PROBLEMAS El primer ministro británico, Gordon Brown, se unió al coro de felicitaciones, afirmando que "el sí en Irlanda es bueno para el Reino Unido". El resultado complica la vida a los conservadores de David Cameron. El Tratado de Lisboa no ha vencido aún todos los obstáculos y queda pendiente la ratificación de Polonia y la República Checa. Cameron ha escrito al presidente checo, Vaclav Klaus, comprometiéndose a celebrar un referendo sobre el tratado si gana las elecciones en el Reino Unido en junio. En esa hipotética consulta, hay pocas dudas de que los británicos rechazarían el texto, que ya ratificó el Gobierno laborista.