Los Veintisiete han iniciado hoy las negociaciones con Islandia para su futura entrada en la Unión Europea, una adhesión sin fecha marcada que tiene en la pesca, la caza de ballenas y el sector financiero los mayores escollos. Reikiavik promete aportar a la UE su experiencia en energías renovables y una posición geoestratégica única derivada del deshielo Ártico para, en contrapartida, obtener estabilidad financiera y monetaria así como un escudo de seguridad (el pequeño país de 300.000 habitantes no tiene ejército).

El ministro islandés de Exteriores, Ossur Skarphendisson, ha mantenido esta mañana el primer encuentro negociador con los representantes de todos los estados miembros, después de que ayer el Consejo de la UE aprobara el marco negociador y diera luz verde al comienzo del proceso. Sin fecha para la adhesión, el comisario europeo para la Ampliación, el checo Stefan Fule, se ha limitado a vaticinar en rueda de prensa que se llevará a cabo en un "razonable periodo de tiempo".

Islandia parte con ventaja en la carrera por ser el miembro número de veintiocho respecto a otros candidatos que ya están negociando la adhesión, como Croacia, dado que al pertenecer al Espacio Económico Europeo y a la Europa sin fronteras (Schengen) ya ha hecho suya una parte importante de la normativa comunitaria. Bruselas y Reikiavik tienen antes sí 35 áreas de negociación, entre las que destaca la pesca, pues Islandia quiere seguir manteniendo sus caladeros reservados con el argumento de que "ninguna economía depende tanto de la pesca", según ha explicado en la rueda de prensa Skarphedinsson.

La Comisión Europea ya advirtió en su dictamen sobre la candidatura que esta pretensión islandesa choca frontalmente con la política pesquera común de la Unión. El titular de Exteriores islandés ha abogado por una "solución creativa" para permitir que Islandia modifique lo menos posible su actual política de pesca, incluyendo la captura de ballenas, que Islandia lleva a cabo de manera "sostenible", pero que la UE prohíbe totalmente.

Otro capitulo controvertido que deberá resolver Reikiavik es su contencioso sobre la compensación a los gobiernos británico y holandés por los perjuicios que ocasionó a sus súbditos respectivos la quiebra del banco Icesave. En el apartado de las ventajas, el ministro islandés ha destacado las nuevas rutas comerciales que se abrirán en un Ártico descongelado por el cambio climático y su pericia pesquera y en el uso de la energía geotérmica. Islandia solicitó formalmente su ingreso en la UE en julio de 2009, después de verse duramente golpeada por la crisis financiera global, que le forzó a pedir la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El inicio de negociaciones se decidió en junio de este año, conversaciones que serán dirigidas por la Comisión Europa para preparar las reformas que deberá acometer el país de cara a su adhesión. La adhesión de Islandia conllevará reformas constitucionales en el país, trámite que exige la aprobación de las dos cámaras, y también el visto bueno de la población islandesa, que deberá dar el "" mayoritario por referéndum al final del proceso negociador. Pese a que en la última década la integración a la UE había contado con amplio respaldo popular, la crisis de Icesave ha provocado que en los sondeos sobre la adhesión se haya registrado un cambio de tendencia.