Ayer cayó otro tabú. Con el nombramiento de la socialdemócrata Jóhanna Sigurdardottir, de 66 años, Islandia se ha convertido en el primer país con un jefe de Gobierno que se haya declarado homosexual. La nueva primera ministra se hizo cargo ayer de un país que entró este otoño casi en bancarrota por la crisis financiera mundial. Además de enderezar la maltrecha economía y recuperar la confianza de los islandeses, Sigurdardottir tiene como principal misión preparar las elecciones anticipadas que está previsto que se celebren el próximo 9 de mayo.

La nueva primera ministra está al frente de un frágil Gobierno de coalición, formado por su partido, la Alianza Socialdemócrata, y el Movimiento de Izquierda Verde. Sigurdardottir se ha hecho cargo de las riendas del país tras la dimisión el pasado lunes del anterior jefe del Ejecutivo, el conservador Geir Harrde, que se fue acosado por las numerosas protestas en la calle, de las que algunas acabaron con violentos enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. Harrde se mostró incapaz de dar soluciones a la crítica situación financiera.

AZAFATA Y SINDICALISTA Exazafata de la compañía aérea nacional y sindicalista en su época de juventud, Sigurdardottir ocupa un escaño en el parlamento islandés desde 1978. Hasta ahora se había hecho cargo del ministerio de Asuntos Sociales en el Gobierno. En el 2002 se casó con Jónína Leósdóttir, periodista y dramaturga islandesa.