La detención por parte de las fuerzas de seguridad palestinas en Gaza de una muchacha de 18 años que pretendía cometer un atentado suicida satisfizo, y mucho, al Gobierno israelí, que habla positivamente de la labor de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Gaza y Belén, las dos zonas en las que los palestinos han asumido la seguridad. Sin embargo, Israel sigue intransigente con la liberación de prisioneros y ayer detuvo a seis activistas de la Yihad Islámica en Yenín, ante el enfado de la organización, que amenaza con romper la tregua.

Fuentes palestinas informaron ayer de la detención de la joven kamikaze y explicaron que iniciaron su búsqueda después de que dejara una nota a su familia anunciando sus intenciones. Los policías palestinos la entregaron a su familia tras interrogarla e investigan si estaba relacionada con alguna de las facciones que han pactado la tregua con Israel.

Al sur de Gaza, entre Rafah y Jan Yunis, la policía palestina detuvo a otras tres personas que colocaron un explosivo en una carretera que usa el Ejército israelí. "Estas detenciones prueban que la ANP empieza a detener a los que planean actos terroristas", dijo el general israelí Amos Gilad.

Por otra parte, anoche dos personas murieron en una cooperativa agrícola a unos dos kilómetros de la ciudad israelí de Kfar Saba en una explosión cuyas circunstancias, al cierre de esta edición, aún estaban por aclarar, aunque podría tratarse de un atentado, según la policía.