Más de cinco horas de bombardeos en la franja de Gaza fue la forma que eligió ayer Israel para proseguir su "guerra contra el terrorismo" de la organización islamista Hamas. Al menos 10 palestinos muertos --dos de ellos activistas de Hamas y un transeúnte-- y más de 80 heridos, entre ellos cuatro niños, fue el saldo de una vuelta de tuerca más a una crisis en la que todos sus protagonistas han perdido el rumbo que les marcaba la Hoja de ruta .

Hubo cinco ataques. El primer objetivo fue un almacén que Hamas usaba para fabricar cohetes Qasam y otros artefactos explosivos, según afirmó el Ejército israelí. Siete personas, entre ellas dos niños de 2 y 3 años, resultaron heridas en el bombardeo, que se produjo a apenas 200 metros de la casa del líder de la Yihad Islámica Abdalá Shami. De ahí que, al principio, se pensara que Shami había sido el atacado.

La sangre llegó poco después al centro de Gaza, cuando un helicóptero bombardeó una furgoneta en la que viajaban Jaled al Masri e Iyad Fayez al Hilu, dos militantes de Hamas. Ambos murieron, junto al conductor de otro vehículo, y siete personas resultaron heridas. El Ejército dijo que el bombardeo --junto a una escuela y una guardería de la que a esa hora salían numerosos niños-- tenía como objetivo a los dos militantes de Hamas.

Y, sin tiempo para respirar, un tercer ataque: un bombardeo con helicópteros contra un coche en el mismo barrio de Sajaiyeh. Los dos pasajeros escaparon ilesos, según testigos.

MASACRE EN NUSEIRA

Un poco más tarde, llegó el cuarto bombardeo, de noche, en el campo de refugiados de Nuseira. Fue también el más sangriento. Al menos siete palestinos murieron y hubo 40 heridos, 10 de ellos graves, por el disparo de dos misiles desde helicópteros.

Los bombardeos se produjeron después de que el domingo tres soldados murieran en una emboscada cerca de Ramala, en una acción de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.

Por su parte, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, afirmó ayer en el discurso de apertura de las sesiones de invierno del Parlamento que sigue comprometido con la Hoja de ruta . Sharon también acusó al líder palestino, Yasir Arafat, de ser un "obstáculo para la paz" y añadió que su Gobierno está decidido a sacarlo de la arena política.