Israel se precia de que su Ejército es el más moral de mundo, pero sus militares se empeñan en desmontar el axioma. Tras el escándalo de la exrecluta Eden Abergil, que ayer reclamó otros cinco minutos de gloria declarando que le encantaría "masacrar árabes", llega ahora el de los robos en la Flotilla de la Libertad. La policía militar israelí ha detenido a varios soldados sospechosos de robar y comprar ordenadores sustraídos a los pasajeros de la flotilla. Cuatro militares están siendo investigados, pero podría ser solo el principio.

El pillaje se produjo a bordo del Mármara Azul, el ferry turco asaltado por los comandos especiales israelís en mayo, cuando se dirigía a Gaza. Los investigadores creen que uno de los soldados que participaron en el abordaje, saldado con la muerte de nueve civiles, robó entre cuatro y seis ordenadores. Más tarde los vendió de saldo a otros tres militares. Pero, según la radio israelí, también se llevaron teléfonos móviles. Esta información confirmaría las protestas de los activistas de la flotilla. Muchos denunciaron que les habían confiscado desde ordenadores a billeteros.

Algunos comprobaron tiempo después cómo sus tarjetas de crédito habían sido utilizadas desde Israel para sacar dinero desde cajeros o comprar productos.