O el nuevo Gobierno de unidad palestino rectifica su vaguedad respecto a las demandas de la comunidad internacional o le espera una nueva travesía del desierto. Tanto Israel como EEUU anunciaron ayer que el acuerdo gestado en La Meca entre Al Fatá y Hamás no cumple con las condiciones del Cuarteto, es decir, con los requisitos indispensables para que se le levante el bloqueo.

Washington, sin embargo, esperará a que el Ejecutivo, que dispone de un plazo de cinco semanas para formarse, anuncie su programa antes de emitir un veredicto definitivo, según anunció ayer uno de los ayudantes del presidente palestino, Mahmud Abbás (alias Abú Mazen ), tras la reunión que mantuvo en Ramala con la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice.

Todo un mal presagio para la ansiada cita que ambos mantendrán hoy con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, inicialmente convocada para reavivar el proceso diplomático. La cumbre tripartita de hoy servirá de "oportunidad para comprender la actual situación" y "recomprometerse con los acuerdos de paz", dijo ayer Rice.

Durante su cara a cara de más de dos horas, el presidente palestino adelantó a la jefa de la diplomacia estadounidense que no pudo lograr un acuerdo mejor. "Su interés primordial --explicó el negociador de la ANP, Saeb Erekat-- fue acabar con la lucha interna y el caos". Y en un ruego que suena a súplica en estas circunstancias, pidió a EEUU y a la comunidad internacional una oportunidad para el nuevo Gobierno. Lo tendrá difícil porque la posición de Washington y Tel-Aviv ya está adoptada. "Un Gobierno que no reconozca las condiciones del Cuarteto no será reconocido ni recibirá ninguna ayuda", aseguró ayer Olmert, antes de reunirse con Rice en Jerusalén. Y, apoyándose en la conversación telefónica que mantuvo con el presidente George Bush el viernes, añadió: "La posición israelí y la estadounidense son idénticas en este asunto".