Con la misma cadencia uniforme y rutinaria de casi todos los días, los palestinos volvieron a contar ayer otro puñado de muertos. Un día después del atentado suicida en Dimona, que acabó con la vida de un civil israelí, el Ejército hebreo lanzó varias operaciones en Gaza en respuesta a la media docena de cohetes Qasam lanzados sobre el sur de Israel. En una de ellas, la aviación derribó varias plantas de una comisaría de policía en Jan Yunis y sepultó a seis agentes palestinos.

Más al sur, cerca de Rafá, tropas israelís abatieron a dos milicianos del brazo armado de Hamás, las Brigadas Azedín al Qasam. Horas después, otra comisaría fue alcanzada, esta vez por un misil lanzado desde el mar por un navío de guerra. En el incidente resultaron heridos cuatro policías. Además, ayer, la rama militar de Hamás se atribuyó el ataque de Dimona, añadiendo confusión, ya que también lo han reivindicado dos facciones cercanas a Al Fatá y al Frente Popular.

Según las Brigadas al Qasam, los dos autores partieron de la ciudad cisjordana de Hebrón y no de Gaza, como se dijo la víspera.