Toda la despiadada crueldad de la guerra y de los hombres que la alimentan se cebó ayer en la familia palestina de los Muattaq. Cuatro niños desayunaban junto a su madre en su casa de Beit Hanún, al norte de Gaza, cuando un proyectil lanzado por el Ejército israelí impactó en el tejado, sembrando de muerte su interior. Mushab, de 15 meses, Hana, de 3 años, Saleh, de 4, y Rudeina, de 6, fallecieron antes de que los servicios de emergencia pudieran intentar reanimarlos. La madre falleció poco después en el hospital. Esta nueva masacre nubla los esfuerzos egipcios por establecer una tregua en Gaza.

El ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, no mostró un ápice de compasión por las víctimas, al igual que hace Hamás u otra facción radical palestina cuando mata a algún judío. "Toda la culpa, incluidos los muertos, es de Hamás, por operar en medio de civiles", aseguró Barak. Otros portavoces militares insistieron en que las milicias usan a civiles como "escudos humanos".

Pero lo cierto es que, en los últimos meses, los ataques israelís se han vuelto abiertamente indiscriminados. Las víctimas civiles superan a las de milicianos. Hace 12 días, el Ejército mató a 8 niños y a un periodista en Al Bureij y, dos meses atrás, acabó con medio centenar de inocentes, 27 de ellos menores, durante una incursión militar en Yabalia.

SEGUN EL PATRON HABITUAL La ofensiva de ayer responde al patrón habitual. Varios tanques y blindados penetraron en Beit Hanún, en una operación "rutinaria" contra las lanzaderas de cohetes, y se enfrentaron a los milicianos. Durante los combates, varios proyectiles impactaron en casa de la familia Muataq. Además de la madre y sus cuatro hijos, murió un chaval de 17 años que iba hacia el colegio.

Esta nueva oleada de sangre se antoja inoportuna, como recalcó el presidente palestino, Mahmud Abbás. "La agresión israelí --declaró-- entorpece los esfuerzos en curso para alcanzar la calma y obstruye el proceso de paz". La semana pasada, Hamás volvió a ofrecer a Israel una tregua, esta vez de seis meses y a cambio de la reapertura de la franja. El Gobierno de Ehud Olmert la rechazó, alegando que los islamistas la quieren aprovechar para reforzar su arsenal.

Pero Egipto insiste en la mediación, e intenta que la propuesta de Hamás la secunden el resto de facciones. Representantes de algunas de ellas viajaron ayer a El Cairo para negociar. Si aceptan, Egipto podría reabrir su frontera con Gaza para aliviar las penurias que sufre la población por el bloqueo israelí.

Además de a cortes de agua y luz, falta de gasolina, subida de los precios y el hundimiento del empleo, Gaza se enfrenta desde el domingo al cierre de las panaderías por falta de gas. La buena noticia es que la ONU ha reanudado su reparto de alimentos.