Israel reaccionó ayer con acritud y desdén a una nueva resolución de la ONU que considera contraria a sus intereses. La recién aprobada resolución 1515 --por la cual el Consejo de Seguridad adopta como propia la Hoja de ruta -- es, nada más nacer, una más de las resoluciones rechazadas en los últimos años por el Estado hebreo, ya que Israel, según un comunicado, no "acepta ninguna intervención internacional" para aplicar el plan que no sea la de EEUU.

El comunicado reafirma que Israel aceptó la Hoja de ruta "con 14 modificaciones", que éste es el único plan que está dispuesto a aplicar, que sólo EEUU puede juzgar su aplicación y que la solución al conflicto no puede ser impuesta sino negociada entre palestinos e israelís. En el trasfondo de la reacción israelí está el temor a una internacionalización del proceso de paz, al que Israel se opone para aprovechar sus buenas relaciones con Washington.

Desde que Rusia, el país promotor de la resolución, anunció su intención de presentar el texto para impulsar el estancado proceso de paz y darle un espaldarazo internacional, Israel luchó para frenar la iniciativa, y así se lo pidió personalmente el primer ministro, Ariel Sharon, al presidente ruso, Vladimir Putin, en un viaje a Moscú.