El Gobierno israelí estudia ampliar los criterios que sigue para la liberación de prisioneros palestinos, lo que permitiría aumentar el número de excarcelados y facilitar el canje con los dos soldados israelís en manos de la milicia chií libanesa Hizbulá y con Gilad Shalid, el militar secuestrado cerca de Gaza por una facción palestina próxima a Hamás.

El anuncio se produjo el lunes, poco antes de que israelís y palestinos iniciaran, en una clima tenso por la decisión israelí de ampliar los asentamientos, una segunda ronda negociadora en el marco del proceso de paz relanzado en Annápolis.

Un equipo ministerial designado por Ehud Olmert se reunió antes con el fin de flexibilizar las normas que rigen para la excarcelación de reos. Esto favorecería romper un tabú y autorizar, en algún caso, la liberación de presos "con sangre en las manos", concepto que incluye a todos los condenados por incitar o perpetrar atentados con víctimas. Una modificación de esta estricta definición permitiría excarcelar al carismático dirigente de Al Fatá Maruán Barguti, condenado a cadena perpetua.

El viceministro de Defensa israelí y general en la reserva Matán Vilnaí declaró el lunes a la radio pública que sería posible excarcelar a Barguti "si se forzara un canje aceptable". "Barguti es líder de unos asesinos, pero no asesinó a nadie con sus manos", añadió. Por su parte, el ministro de Estado Rafi Eitán reconoció que con las estrictas normas aún vigentes es casi imposible negociar la liberación de los tres soldados israelís cautivos.

PEREGRINAJE A BELEN Ajenos a toda esta polémica, más de 20.000 peregrinos cristianos, incluidos algunos palestinos, celebraron la Nochebuena en Belén, lugar de nacimiento de Jesús según la tradición. Era la celebración más concurrida de los últimos años, dado que la situación de relativa calma permitió levantar las restricciones.