Lo que parecía un golpe impecable, destinado a ser olvidado en unos días sin apenas respuestas y muchas preguntas, se está convirtiendo en un serio quebradero de cabeza para Israel. Ya nadie parece albergar dudas sobre la autoría de sus servicios secretos en el asesinato de Dubái. Ni siquiera la policía del emirato, que ha demostrado una notable profesionalidad y una prudencia casi inaudita en una región donde Israel es culpable por defecto, antes incluso de que apriete el gatillo. "Sabemos al 99%, si no al 100%, que el Mossad está detrás del asesinato", dijo ayer el jefe de la investigación, Dahi Tamim, un mes después del crimen.

Casi paralelamente, la Interpol hizo oficial la orden de busca y captura contra los 11 agentes sospechosos de entrar en Dubái con pasaportes europeos falsos y asfixiar al dirigente de Hamás, Mahmud al Mabhouh, en un hotel de lujo. Todos han sido incluidos en su lista de "los más buscados" y se les atribuyen "crímenes contra la vida y la salud". La policía local ha entregado a la Interpol los escáneres de la retina de los 11 sospechosos, un procedimiento rutinario de seguridad al que somete a los viajeros que acceden al reino a través de su aeropuerto.

EFECTOS DIPLOMATICOS Pero si algo preocupa en Israel son las consecuencias diplomáticas que podría desatar la falsificación de los pasaportes europeos empleados por sus agentes. Francia y Alemania se sumaron ayer a Gran Bretaña e Irlanda para exigir explicaciones a su aliado, el Estado judío. "En vista de la información disponible hasta el momento, creo que es imperativo explicar las circunstancias de la muerte de Al Mabhouh", dijo el titular de Exteriores alemán, Guido Westerwelle.

De momento, Israel no suelta prenda. "Pese a mi deseo de cooperar en este asunto, no he podido aportar nada nuevo", dijo ayer el embajador israelí en Londres, Ron Prosor, tras ser llamado a consultas. No es la primera vez que los servicios secretos israelís usan "identidades robadas" británicas, en palabras de Downing Street. En 1987, la policía alemana halló varios pasaportes británicos en una cabina de Bonn junto algunos documentos atribuidos al Mossad. Israel dijo que no se repetiría.

Con los días crece el número de países salpicados por la sangre del crimen de Dubái. Además de tarjetas telefónicas austriacas, algunos de los agentes utilizaron durante la operación tarjetas de crédito estadounidenses, según The Wall Street Journal . También engorda el número de sospechosos. La policía de Dubái ha identificado a otras siete personas.

Los dos palestinos implicados tras ser detenidos en Jordania son miembros de la seguridad del presidente Mahmud Abbás. Ambos vivieron en Gaza hasta que Hamás expulsó a sus fuerzas en el 2007. Según algunas fuentes, se ocupaban de los negocios inmobiliarios de Dahlan en Dubái. Dahlan dirigió la guerra sucia con la que Al Fatá intentó apartar a Hamás del poder después de que los islamistas ganaran las elecciones en el 2006. Muchos palestinos lo han descrito como el hombre de la CIA e Israel en Palestina. No todos los políticos israelís se han resistido a opinar. "Todos los asesinos deberían saber" --dijo el diputado ultra Michael Ben Ari-- "que el brazo de Israel los cogerá en cualquier lugar y momento".