La policía italiana detuvo ayer en Bolonia a cuatro tunecinos y un marroquí, acusados de pertenecer a una red terrorista islamista que se dedicaba a reclutar personas para enviarlas a combatir a zonas de conflicto como Irak o Afganistán. La célula estaba liderada por el tunecino Jarraya Jalil, que dirigió a los muyahidines (combatientes islámicos) que lucharon junto a los musulmanes en la guerra de Bosnia (1992-95).

El resto de los detenidos, con edades que oscilan entre los 31 y 43 años, son los también tunecinos Chedli ben Bergaui, Murad Mazi y Mohamed Chabchub, y el marroquí Hechmi Msaadi. La policía busca todavía a un sexto sospechoso, de nacionalidad marroquí, que escapó a la redada.

Jalil usaba sus conocimientos militares para alistar a futuros kamikazes, según explicó el responsable de la división de terrorismo internacional de la policía italiana, Claudio Galzerano. Los presuntos terroristas financiaban su plan con fraudes a compañías de seguros, que perpetraban simulando falsos accidentes.

PRESENCIA EL PAIS El ministro del Interior, Roberto Maroni, subrayó que la existencia de esta célula confirma que "el terrorismo de matriz islamista tiene una fuerte presencia en Italia" y que "es necesario mantener la guardia".

Las cinco detenciones se produjeron tras una redada en las provincias norteñas de Rávena, Bolonia y Como. La operación coincide con el despliegue esta misma semana de 3.000 soldados en todas las calles de las ciudades italianas.