Le detuvieron ayer justo después de gastarse 15.000 euros en un outlet a las puertas de Roma. Iba de vuelta hacia el coche de un amigo con sus bolsas llenas de artículos, cuando los agentes le cayeron encima y él no soltó palabra. Adriano Graziano, de 40 años, apodado O Professore --el profesor-- es el último exponente de un clan de la Camorra, la mafia de la región de Nápoles, que lleva su apellido. Los demás están muertos o en la cárcel.

La enorme liquidez de la que disponía --fruto de extorsiones, droga, usura, proxenetismo, juego ilegal, entre otros delitos--, le había permitido vivir prófugo varios meses tras escapar a una redada policial en mayo en el pueblo de Quindici, provincia sureña de Avellino. En aquella ocasión, fueron detenidas 20 personas, entre ellas varios concejales del ayuntamiento local, implicados en la manipulación de contratas junto con los camorristas. Ya había ocurrido otra vez algunos años antes, de manera que el pueblo de Quindici suele ser gobernado más por comisarios gubernamentales que por los alcaldes elegidos.

"ZONAS DE INFLUENCIA". Los patriarcas de la familia Graziano fueron de los primeros mafiosos de Nápoles en establecer relaciones económicas con España. Fue en los años setenta, cuando el muro de Berlín estaba todavía en pie y las mafias italianas se repartieron la Península Ibérica en "zonas de influencia".

Los investigadores consideran a Graziano como uno de los responsables de lo que las crónicas mafiosas calificaron como "masacre de las mujeres". Un día del 2002, algunas mujeres del clan de los Graziano y otras del clan rival de los Cava, con el que llevaban 20 años peleando, se cruzaron por la calle junto con alguno de sus hombres. Los Graziano sacaron sus pistolas, empezaron a disparar contra las mujeres de los rivales, matando algunas y dejando paralítica a la hija de Biagio Cava, el líder rival.

Graziano junior estuvo varias veces en prisión, por asociación criminal, extorsión y tentativa de homicidio. Actualmente está acusado de asociación mafiosa, extorsión, tenencia ilícita de armas, estafa grave al Estado y presiones sobre el voto municipal del 2005 en Quindici. Se encontraba en libertad, a la espera de juicio y debía residir en un domicilio controlado, pero tras la redada de mayo se fugó. La razón, según los carabineros, es que uno de los parientes de Graziano empezó a colaborar con las fuerzas del orden, revelando informaciones preciosas.

El aumento de los camorristas arrepentidos es reciente. Según la Dirección Investigativa Antimafia, los miembros cantarines de la Camorra serían 268, frente a 230 de Cosa Nostra (Sicilia), 101 de la Ndangheta (Calabria) y 85 de la Sacra Corona Unita, la mafia de Apulia.