Identificación personalizada de los teléfonos móviles, arresto prolongado de 12 a 24 horas sin intervención de la magistratura y expulsión del país por razones de seguridad. Estas son algunas de las medidas antiterroristas que implantará el Gobierno italiano y que presentó ayer ante el Parlamento el ministro de Interior, Giuseppe Pisanu. "Nadie está pensando en aplicar leyes excepcionales porque no podemos limitar la libertad de los ciudadanos para combatir a los enemigos de la libertad", manifestó el responsable italiano.

La oposición progresista aplaudió las medidas, que consideró "razonables e inspiradas en la sensibilidad democrática". "No debemos cambiar nuestro modo de vivir, que significa libertad, democracia y una sociedad abierta", comentó el líder de la izquierda, Romano Prodi, que calificó la intervención de Pisanu como "sabia, porque afronta el terrorismo sin leyes especiales". Sólo uno de los dos partidos comunistas representados en el Parlamento criticó la decisión. El ministro dijo que "una de las medidas principales" será el "reforzamiento de la seguridad del transporte urbano y de las grandes infraestructuras portuarias y ferroviarias".

Pisanu propuso al Parlamento debatir un paquete de propuestas, entre ellas que los servicios de seguridad puedan interceptar teléfonos y acceder a los bancos de datos de las operadoras telefónicas. Actualmente, los datos telefónicos se conservan seis meses por razones administrativas y por dos años, prorrogables a cuatro si la justicia lo solicita.

COMO A LOS MAFIOSOS En la lista de propuestas figura un mayor control de los permisos de vuelo a aficionados y la aplicación a los terroristas de las leyes aplicables a las mafias sobre incautación de patrimonio. Además, la mentira en un interrogatorio sería equiparada a la mentira en un tribunal, y la falsificación de documentos será considerada un delito contra el orden público. Pisanu deseó que "la magistratura se dote de formas adecuadas de coordinación" contra el terrorismo.