Numerosos políticos, sindicalistas, intelectuales y otros ciudadanos hicieron cola ayer en Roma, cerca de la sede del Ministerio de Interior, para que les fueran tomadas las huellas digitales, como protesta por la orden del Gobierno de fichar a los gitanos asentados en el país, y principalmente a sus hijos menores. En las fichas figura el grupo étnico y la religión del interesado.

El censo, que ya ha empezado en Milán y en Nápoles y debería proseguir en Roma, ha levantado una oleada de denuncias por la carga de "discriminación racial" que contiene. "Con fichas semejantes comenzó también el nacifascismo ", han escrito varios comentaristas italianos, entre ellos los del semanario Famiglia Cristiana , que afirma que Italia se está convirtiendo "en un estado policial que muestra su rostro feroz con los pequeños gitanos".

"¿Qué tiene qué ver este semanario con la familia y con los cristianos?", ha replicado Carlo Giovanardi, ministro del Gobierno de Silvio Berlusconi. Esta semana el Parlamento Europeo debatirá la decisión italiana, ante la que varios comisarios de la UE ya han manifestado su recelo. Según el Gobierno, se trata de hacer frente a una "alarma" que supuestamente cunde en todo el país, por lo que ha decidido cerrar los campamentos ilegales y controlar los autorizados.

Los gitanos de Roma y de Milán ya han sido censados en el pasado, pero nunca se les había tomado las huellas ni se les había preguntado su religión. Letizia Moratti, alcaldesa de Milán, ha manifestado que este es "un método seguro para conocer la identidad de los niños gitanos y protegerles". "También las leyes raciales de Mussolini empezaron con un censo, para proteger a los judíos", ha escrito Gad Lerner.

POSTURA FIRME Además de la identificación fotográfica, Interior tomará las huellas digitales, principalmente de los menores, porque considera que son usados para pedir limosna y cometer delitos. "No se trata de redadas, sino de identificar a quienes viven en nuestro país", ha dicho Franco Frattini, ministro de Exteriores. El titular de Interior, Roberto Maroni (Liga Norte), ha declarado que no se echará atrás "ni un milímetro".

Tras la toma de posesión, el Gobierno nombró comisarios especiales para los gitanos en Milán, Roma y Nápoles, pero mientras en esta última se están tomando ya las huellas digitales, en Milán se están censando los campamentos de gitanos de nacionalidad italiana, y en Roma el comisario ha decidido implicar a la Cruz Roja en el censo y confiarle la custodia del banco de datos, al que se podrá acceder solo con permiso de la justicia.

En Italia viven unos 140.000 gitanos. Unos 30.000 son niños en edad escolar, de los que solo 12.000 frecuentan la escuela.