El controvertido primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, escapó ayer por los pelos a una condena política del Parlamento Europeo por las intimidaciones a la prensa en Italia. La resolución conjunta de socialistas, liberales, verdes e izquierda unitaria fue rechazada por solo tres votos, y la resolución del grupo liberal, que también denunciaba la situación "extremadamente preocupante" de la libertad de información en Italia, obtuvo el mismo número de votos a favor que en contra, 338, por lo que tampoco fue aprobada.

El resultado final de la votación causó sorpresa y conmoción entre los eurodiputados socialistas, liberales, verdes y de izquierda unitaria, porque los distintos párrafos del texto de la resolución se habían ido aprobado en el pleno uno tras otro.

VOTOS PARCIALES El párrafo tercero de la resolución, en el que la Eurocámara expresaba su "particular preocupación por la situación en Italia" y señalaba que "podría acarrear consecuencias para el conjunto de Europa", había sido aprobado por 338 votos a favor, 320 en contra y 19 abstenciones.

El cuarto párrafo, donde la Eurocámara lamentaba "la presión y la intimidación contra periódicos italianos y europeos por parte de las autoridades gubernamentales italianas" también había sido aprobado con el respaldo de 339 votos a favor, 326 en contra y 21 abstenciones. En este párrafo la Eurocámara se sumaba a "la petición del representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) a las autoridades italianas para que pongan fin a esa presión" y consideraba "inadecuada toda interferencia de las autoridades públicas en la libertad de información con objeto de controlar el servicio público de radiodifusión televisiva".

Pero al llegar el momento de la votación final, el texto fue rechazado ante la sorpresa de todos por 338 votos en contra, 335 a favor y 13 abstenciones.

El sorprendente resultado fue consecuencia, por un lado, del cierre de filas de las fuerzas conservadoras y la incorporación a la votación de eurodiputados adicionales del Grupo Popular y, por otro otro lado, de que la socialista Silvia-Adriana Ticau y los diputados de izquierda unitaria Joao Ferrerira e Ilda Figueriredo no participaron en la votación crucial. Además del Grupo Popular, Berlusconi obtuvo el respaldo de los euroescépticos, los eurófobos y la extrema derecha.

Los defensores de Berlusconi celebraron con ruidosas muestras de júbilo su inesperada victoria. El líder del Grupo Popular, Joseph Daul, destacó que el resultado confirma que la Eurocá- mara no es el lugar para discutir asuntos internos nacionales. "Es un día negro para la libertad de prensa en Europa", lamentó el vicepresidente del grupo Verde, Raul Romeva (ICV). El líder de los socialistas españoles, Juan Fernando López Aguilar, acusó al Grupo Popular de querer "silenciar el acoso que sufre la libertad de prensa en Italia".