Que sepan los turistas que a partir del lunes lleguen a Roma, o visiten la supuesta casa de Julieta en Verona, o quieran pedirle novio/a a san Antonio en Padua que encontrarán a soldados en las calles, vigilando puntos de especial interés como embajadas, basílicas o el Coliseo. Defensa e Interior firmaron ayer un acuerdo por el que 3.000 militares saldrán a las calles de Milán, Verona, Padua, Roma y Nápoles "para dar a los ciudadanos una mayor percepción de seguridad y presencia del Estado", explicó ayer Ignazio La Russa, ministro de Defensa. "Para que no haya miedo", subrayó. "Es una iniciativa útil para la seguridad", añadió Roberto Maroni, titular de Interior.

"Es una tomadura de pelo", replicó Antonio Di Pietro, líder del partido Italia de los Valores (IdV), en la oposición, sumándose a las críticas de los sindicatos de las fuerzas del orden y de los militares, que consideran que se trata de una medida "de fachada".

RECORTE Dejando de lado dispositivos de seguridad extraordinarios por cumbres o visitas de mandatarios extranjeros, únicamente otra vez, en 1992, los soldados habían salido a la calle para cumplir funciones de orden público. Fue en la isla de Sicilia, cuando Cosa Nostra, la Mafia local, mató a los magistrados Giovanni Falcone y Paolo Borsellino. Recientemente, el Ejército también acudió a rescatar a los habitantes de Nápoles y su región del asedio de las basuras.

Los responsables del sindicato policial SILP-CGIL manifestaron su oposición al decreto, aduciendo que "la seguridad del país necesita inversiones estables y estructurales". La medida demuestra que no existe un proyecto para la seguridad", añadió Consap, otro sindicato policial.

La operación costará 62,4 millones de euros al Estado y durará solo seis meses, prorrogables por otros seis, después de lo cual hay que suponer que los temores de los italianos habrán menguado. La supuesta inseguridad que ha justificado la extraordinaria medida tomada por el Gobierno de Silvio Berlusconi no ha impedido que en los presupuestos del Estado, en discusión en el Parlamento, el Ejecutivo recorte 3.000 millones de euros a las fuerzas del orden.

CONTRA EL MIEDO El objetivo del acuerdo firmado ayer por Defensa e Interior es cumplir la promesa electoral de infundir más seguridad en un país donde entre el 60% y el 80% de la población declara tener miedo a algo. Los militares llevarán solo una pistola y no tendrán poderes de policía judicial, por lo que podrán efectuar arrestos solo en delitos flagrantes. Las actas de sus operaciones deberán levantarlas los habituales agentes del orden.

Las patrullas vigilarán los puntos de especial interés, el perímetro de los centros de acogida de sin papeles y los barrios más duros de las cinco ciudades. Los 3.000 soldados se distribuirán a razón de 1.000 por cada uno de estos tres ámbitos, lo que supondrá la presencia en Roma de más de 800, dada la concentración de puntos de especial interés (51) en la capital. En Milán hay 20, y uno en Nápoles. En esta última y su región, los militares ya custodian desde el mes pasado los vertederos ante el rechazo mayoritario de la población.