La Italia antiberlusconiana, la que considera al primer ministro incapaz de administrar el país, que le reprocha sus medidas sobre educación e inmigración y que ve repuntar el fascismo y las mafias, hizo ayer su primera gran demostración de fuerza seis meses después de la vuelta al poder de Silvio Berlusconi. Con tambores, silbatos y música de los Beatles y al grito de "Queremos otro país", cientos de miles de personas (más de dos millones y medio, según los organizadores) marcharon por las calles de Roma y dieron oxígeno a la oposición progresista, de capa caída desde la debacle electoral de la primavera pasada.

Bajo el lema Salvemos a Italia , la protesta, convocada desde junio, se concentró en el Circo Máximo, a pocos metros de la célebre plaza de Venecia, donde dos grupos de manifestantes venidos de todas partes de Italia y de Europa --entre otros, inmigrantes italianos en Alemania-- confluyeron a las cinco de la tarde tras haber partido tres horas antes de la plaza de la República y de la plaza de los Partisanos.

Berlusconi: tu fiesta ha muerto , se leía en una de las pancartas que ornaban el palco desde el que además de Walter Veltroni, líder del Partido Democrático (PD), que convocó la marcha, hablaron un policía, una mileurista, un estudiante, una cooperante y un inmigrante, así como el guionista Vincenzo Cerami y el exprefecto de policía Achille Serra.

"PAIS ANTIFASCISTA" "Italia es un país mejor que los políticos que la gobiernan. Señor primer ministro: ¡Italia es un país antifascista!", dijo un entusiasta Veltroni. El jefe de la oposición acusó a Berlusconi de gobernar "solo para los poderosos", pidió la retirada de la reforma educativa y citó a Obama y a Roosevelt ante una platea repleta de pancartas y camisetas con eslóganes como Vine aquí para defender la democracia y Más escuelas, más Estado y menos mentiras . "Nos manifestamos juntos contra un Gobierno que está destruyendo la escuela pública y las universidades", dijo Luigi Esposito, universitario. "La crisis está provocando muchos despidos y Berlusconi salva a los bancos. ¿Quién nos salva a nosotros?", afirmó Cristina Calassi, de 42 años, operaria textil con un sueldo de 1.000 euros.

Para Veltroni, la marcha fue "la prueba de que la democracia está viva". Pero más bien fue la propia oposición la que obtuvo la fe de vida que necesitaba. La capacidad de movilización demostrada permite levantar cabeza a los progresistas, sumidos en la depresión tras el batacazo electoral de abril, que le hizo ceder el Gobierno, y la posterior pérdida de la alcaldía de Roma.

Veltroni, que ha sido acusado de no plantar cara a las políticas del Gobierno, puede haber dado con la tecla para recuperar fuelle en los sondeos y conjurar el peligro de fractura con su aliado, la Italia de los Valores (IDV) del exjuez Antonio di Pietro. Así lo evidenció este: "Berlusconi, la oposición ha vuelto", dijo.