La izquierda barrió ayer en la segunda vuelta de las elecciones regionales celebradas en Francia al partido del presidente Nicolas Sarkozy. La victoria de las listas de izquierda, según los resultados aún no definitivos, fue clara, en 21 de los 22 Consejos Regionales en juego en la metrópoli, donde únicamente Alsacia queda en manos de la gubernamental y conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP).

La izquierda, con el Partido Socialista (PS) al frente, que ya gobernaba desde el 2004 en 20 de esas entidades regionales, se hace además con el poder en Córcega, mientras que la UMP compensa la pérdida de la isla mediterránea con el vuelco que protagoniza en el territorio ultramarino de la Reunión.

La participación fue ligeramente superior (un 4%) en esta segunda vuelta de los comicios regionales, considerados una prueba de fuego para el partido de Sarkozy, después del histórico 53,6% de abstención de la primera vuelta, disputada el día 14.

El primer ministro, François Fillon, admitió la derrota no mucho tiempo después del cierre de los colegios electorales y aseguró que la crisis económica "no ha facilitado la tarea". El jefe del Gobierno declaró que los resultados, aún no oficiales, que indican un retroceso de la UMP son "una decepción". "No hemos sabido convencer", añadió.

La líder de los socialistas franceses, Martine Aubry, calificó de "victoria sin precedentes" los resultados de las elecciones regionales para su partido y aseguró que los electores le votaron en búsqueda de protección. Su rival de hace unos meses al frente del partido, Segolène Royal, alcanzó en su región de Poitou-Charentes un más que holgado 60,61% de los sufragios en su candidatura conjunta con los verdes.

Marine Le Pen, vicepresidenta del derechista Frente Nacional (FN), que según el sondeo publicado por el diario Le Monde logró un 17,5% de votos en las regiones donde se presentó, dijo que el incremento de votos para su partido es "un éxito enorme".