El Gobierno de Japón adoptó ayer la histórica decisión de enviar un contingente militar a Irak, en lo que será la primera misión de su Ejército en un país todavía en guerra desde el final de la segunda guerra mundial. En una reunión del Consejo de Ministros que duró cinco minutos, el Gobierno de Tokio dio luz verde al despliegue militar, sin precisar la fecha ni el número de soldados desplazados.

Según la prensa japonesa, unos 600 hombres del Ejército de Tierra formarán el contingente, que se desplegará en la provincia de Muthana, al sureste de Irak, en misiones de asistencia humanitaria a partir de febrero. El plan prevé también el envío de una unidad del Ejército del Aire a Kuwait para apoyar el aprovisionamiento de las tropas británicas y norteamericanas.

MISION DE PAZ El pasado julio, el Parlamento aprobó una ley especial que autorizaba el envío de un contingente militar a Irak en misión de paz. En un intento de convencer a la opinión pública japonesa, contraria a la ocupación del país, el primer ministro, Junichiro Koizumi, subrayó que su país no va a participar en una "guerra; sino en la reconstrucción de un país". Los japoneses llevarán armamento para prevenir "ataques terroristas".