Japón puso ayer en el espacio sus dos primeros satélites espías, capaces de obtener información significativa para su defensa, al tiempo que el primer ministro, Junichiro Koizumi, trataba de rebajar la tensión diplomática afirmando que su gobierno no pretende adquirir armamento para realizar ataques preventivos contra otros países, en clara alusión a Corea del Norte.

"Soy consciente de que se ha hablado de adquirir armamento ofensivo capaz de golpear a un enemigo cuya intención de atacar sea clara, pero este gobierno no tiene ninguna previsión de ese tipo", afirmó Koizumi. Estas declaraciones se producen al día siguiente de que el ministro de Defensa, Shigeru Ishiba, afirmara que Japón tendría justificación para atacar las bases de misiles de Corea del Norte si estuviese claro que Pyongyang estaba apuntando hacia el archipiélago.

Corea del Norte reaccionó ayer airadamente a la acción japonesa y apuntó que se sentía legitimada para lanzar misiles balísticos, movimiento anticipado desde hace meses. "Japón será considerado responsable de iniciar una nueva carrera de armamento en el noreste de Asia", afirmó ayer un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores en Pyongyang.

El lanzamiento desde la isla de Tanegashima, a bordo de un cohete H2A, de los dos satélites, es la reacción japonesa al lanzamiento, hace cinco años, de un misil norcoreano Taepodong II, que sobrevoló gran parte del país y fue a caer al Pacífico.