El Gobierno sudanés anunció ayer que pondrá fin de forma inmediata a las operaciones militares de sus tropas en la región de Darfur, en el oeste del país, y pidió que los grupos rebeldes adopten una medida similar. El anuncio lo hizo en Jartum el ministro de Asuntos Exteriores, Mustafa Osman Ismail, tras una reunión con representantes de la Unión Africana (UA) y de las Naciones Unidas.

Tanto el ejército sudanés como los dos grupos rebeldes involucrados en el conflicto de Darfur habían ignorado un plazo de 24 horas para el cese de hostilidades que la UA les había impuesto durante una reunión en la capital nigeriana Abuya.

El plazo, que terminó ayer sábado, fue fijado por la comisión de la UA para la crisis de Darfur como condición para que se reanudaran las conversaciones de las partes beligerantes en Abuya, suspendidas desde el pasado martes.

Ismail dijo que Jartum decidió poner fin a las operaciones militares porque la crisis de Darfur "necesita una solución política y no militar", y pidió que la UA y la ONU presionen a los rebeldes para que respeten el alto el fuego.

También aseguró que Jartum está dispuesto a retirar sus tropas hasta las áreas en las que estaban estacionadas antes del acuerdo para el alto el fuego del pasado 8 de abril, si los rebeldes adoptan una medida similar.

La situación en Darfur es aún más crítica y sangrienta, según fuentes humanitarias. Voluntarios de la Media Luna Roja sudanesa, asociada al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) indicaron que la fiereza de los

últimos combates provocaron nuevos desplazamientos de civiles, que buscan refugio en los abarrotados campamentos levantados en las tres provincias de la región.

La situación humanitaria ya se había complicado en extremo en los días previos con la salida de algunas organizaciones extranjeras, que abandonaron la zona tras el asesinato de dos voluntarios sudaneses que trabajaban para Save the Children .