El presidente iraní, Mohamed Jatami, trató ayer de quitar importancia a la concesión del Premio Nobel de la Paz a Shirin Ebadi, defensora de los derechos humanos en este país.

Jatami, supuestamente un reformista, afirmó que el Nobel de la Paz "no es muy importante" y advirtió contra "una explotación del premio por parte de los enemigos de la República islámica".

Jatami hizo estas afirmaciones poco antes de que Ebadi regresara a Teherán donde ayer tuvo un recibimiento apoteósico. Unas 2.000 personas se desplazaron al aeropuerto para dar la bienvenida a la laureada, a gritos de "Libertad prisioneros políticos".

Jatami dijo que se alegraba de que el galardón hubiera recaído en una iraní.