El mismo día en que la tormenta del informe del espionaje sobre el programa militar atómico de Irán caía sobre la Casa Blanca, la Administración de Bush anunció que el presidente estadounidense visitará Israel, por primera vez en sus dos mandatos, en enero del 2008. El viaje, que Washington no detalló si incluirá alguna parte de los territorios ocupados u otros países de la zona, tiene como objetivo promover las negociaciones entre palestinos e israelís que se reimpulsaron la pasada semana en la cumbre celebrada en Annápolis.

Hasta el momento, como símbolo más evidente de su decisión de no inmiscuirse en el conflicto, Bush no había viajado a la zona a pesar de haber visitado países fronterizos como Jordania y de haber estado en Irak. Pero su decisión de final de mandato de impulsar lo que ha venido en llamarse el proceso de Annápolis obligaba a tomar una decisión de este tipo, que ayer la prensa israelí celebró como un ejemplo de que Bush está decidido a impulsar un acuerdo en este conflicto.

De todas formas, no será la primera vez que Bush, a quien sus críticos acusan de tener una especie de alergia a viajar al extranjero, visite Israel. Como gobernador de Tejas, Bush acudió al Estado hebreo en 1998. Entonces, de la mano de Ariel Sharon, el padre de las colonias efectuó una gira por varios asentamientos israelís construidos en Cisjordania.