El jefe de Comunicación del Gobierno británico, Alastair Campbell, quien acudió ayer a declarar en la investigación sobre el caso Kelly , tuvo que enfrentarse en el juzgado a un sonoro abucheo y dentro de la sala a un duro interrogatorio, pero reaccionó impasible y con firmeza ambas veces.

Durante toda su declaración, Campbell insistió tajantemente en que no tuvo nada que ver con la presunta manipulación del dosier sobre la amenaza del régimen de Sadam. Y aclaró que el dato de que Irak tenía capacidad para activar sus armas de destrucción masiva en 45 minutos estaba ya en el informe la primera vez que lo leyó.

El jefe de Comunicación británico dijo que la elaboración del polémico informe estaba a cargo de los servicios de espionaje. Todo el testimonio fue un claro intento de Campbell por limpiar su imagen y la del Gobierno.