Los jefes tribales iraquís firmaron ayer "un pacto de honor" con el primer ministro, Nuri al Maliki, en el que se comprometieron a actuar para "acabar con la violencia" que asola el país. La promesa se produjo tras el encuentro de cientos de jefes tribales ayer en un hotel del centro de Bagdad. "Los jefes tribales se comprometen a proteger el país, hacer cesar las masacres y los desplazamientos de población, y detener a los takfiris en castellano, los que excomulgan, término con el que denominan a los terroristas islámicos", señaló el comunicado redactado por los notables al término de una reunión para la que se movilizó un impresionante dispositivo de seguridad.

Casi coincidiendo con la cita, la diputada suní Taysir Najah al Mashjadani quedó ayer en libertad, tras permanecer casi dos meses secuestrada.