Los socialistas franceses son incapaces de escapar a las guerras internas. Ayer se reunía el grupo parlamentario para tratar sobre las nuevas reformas que va a anunciar el presidente, Nicolas Sarkozy, pero la revelación de los furibundos ataques que el exprimer ministro Lionel Jospin lanza en un libro contra la excandidata Ségolène Royal frustró de nuevo el trabajo de oposición. La invectiva de Jospin forma parte de la guerra de sucesión de François Hollande, que dejará la primera secretaría en el congreso del 2008.

El libro de Jospin, titulado L´impasse, saldrá a la calle el próximo lunes, pero el diario Libération avanzó ayer su contenido. Es el ataque más duro dirigido hasta ahora por un socialista contra Royal, a la que Jospin considera la "candidata menos capaz de ganar" las elecciones presidenciales frente a Sarkozy.

Para Jospin, Royal es un "mito", "una personalidad que no tiene las cualidades humanas ni las capacidades políticas" para dirigir el Partido Socialista (PS) ni para ganar las elecciones presidenciales, una "figura secundaria de la vida pública", sin "talla", una "ilusión" pasajera que es mejor olvidar. Y "el error" de designarla candidata al Elíseo no debe repetirse.

Jospin, de quien Royal fue ministra, achaca la derrota a la personalidad de la candidata, a su estilo de campaña y a sus propuestas. La acusa de populista, de alimentar un discurso contra los políticos y contra las élites, como hacen "la extrema derecha y los movimientos populistas", arremete contra los jurados populares y contra la democracia participativa "demagógica" y le reprocha su incursión en el terreno de la derecha en seguridad y enseñanza. Para, al final, dice Jospin, rehuir la confrontación con Sarkozy, al estar "encerrada en un cara a cara narcisista con la opinión" pública.

En política exterior, Jospin critica las "improvisaciones" de Royal y sus "propuestas de turista" sobre la justicia china durante su viaje a aquel país. Y no se priva de reprochar a la excandidata que no defendiera el balance de los gobiernos que él dirigió entre 1997 y el 2002.

"AMARGURA" Y "RENCOR" La revelación cayó como una bomba en la reunión de los parlamentarios socialistas, que lamentaron las acusaciones, fruto de la "amargura", la "acritud" y el "rencor", según destacaron seguidores de Royal como Jean-Louis Bianco, Gaëtan Gorce y Delphine Batho. Hollande y el presidente del grupo parlamentario, Jean-Marc Ayrault, pidieron el fin de los "ajustes de cuentas". Otros, como Claude Bartolone, creen que "es mejor decir las cosas".

El alcalde de París, Bertrand Delanoë, se excusó para no opinar en que no había leído el libro. Delanoë, el político socialista mejor valorado ahora en los sondeos, con un 60% de opiniones favorables, es el favorito de Jospin para dirigir el PS. El pasado domingo los jospinistas celebraron una reunión en París a la que acudió Jospin para arropar a Delanoë.

El exportavoz de Royal, Arnaud Montebourg, lamentó ayer la incesante aparición de confidencias en forma de libro. Varios dirigentes del PS han publicado libros críticos con Royal. La excandidata al Elíseo, ahora de viaje en Quebec, también sacará su versión, pero con retraso.