El Gobierno de Berlusconi puso en marcha el 31 de mayo por decreto ley un plan de austeridad con el que pretende ahorrar 24.900 millones de euros en dos años. El duro ajuste, preparado por el ministro de Economía, Giulio Tremonti, se centra en medidas de contención del gasto público. Los salarios de los 3,5 millones de empleados estatales han quedado congelados hasta el 2013 y se reducen en un 10% los sueldos de los integrantes del Ejecutivo. Además, se prevé el retraso de seis meses en la jubilación de quienes debían acceder a ella este año, y fuertes recortes para los entes estatales y los gobiernos locales.