Un juez federal de Estados Unidos ha suspendido temporalmente las deportaciones de familias de inmigrantes recientemente reunidas. La medida impide al Gobierno estadounidense expulsar a los padres y los hijos que acaban de volver juntos, después de que una normativa les hubiera separados en la frontera. Mientras, el tribunal considerará el impacto sobre los derechos de los niños de pedir asilo.

El Gobierno tiene que cumplir con una orden judicial que le pide reunir a unos 2.550 niños que fueron alejados por los funcionarios de inmigración de sus padres en la frontera entre Estados Unidos y México. Las separaciones de familias son parte de una represión más amplia contra la inmigración ilegal por parte del presidente, Donald Trump. Tras el impacto de protestas a nivel internacional, Trump ordenó que la práctica se detuviera el pasado 20 de junio.

La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) comunicó el lunes a través de un documento judicial que, una vez reunidos, los padres inmigrantes que hacen frente a la deportación deberían tener una semana para decidir si dejar a sus niños en Estados Unidos, de manera que puedan pedir asilo separadamente. "Una semana es un tiempo razonable y adecuado para asegurar que el trauma inimaginable que han sufrido estas familias no empeore debido a una decisión sin la suficiente información de los padres sobre el destino de sus hijos", escribió la organización.

Deportaciones inmediatas

La jueza de San Diego Dana Sabraw pidió al Gobierno estadounidense que respondiera a la petición y fijó la fecha de la próxima audiencia para el 24 de julio. Mientras tanto, detuvo las deportaciones inmediatas. Otro documento relacionado, redactado por la Legal Aid Society (Sociedad de Asistencia Jurídica) de Nueva York, pidió a los funcionarios de inmigración estadounidenses de informar con un plazo de 48 horas de las reuniones familiares planificadas, de manera que los padres puedan tener todo el tiempo para consultar con los abogados sobre el asilo político u otras opciones que sus hijos podrían tener.

En una audiencia el pasado lunes en California, un juez rechazó la propuesta de un abogado del Gobierno según lo cual las deportaciones inmediatas ayuden las reuniones al crear más espacio para las familias detenidas. "La idea de que esto desacelere o detenga las reuniones, esa no es una opción", dijo Sabraw. "Si el espacio es un problema, el Gobierno hará espacio". La jueza estableció el mes pasado la fecha límite del 26 de junio para que el Gobierno juntara a los niños separados de sus padres en la frontera.

Tolerancia cero

La mayoría de estos niños se han podido reunir con al menos uno de los padres, pero el Gobierno aún intenta encontrar a los progenitores de 71 niños bajo su cuidado, según trasladó al tribunal John White, del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU. Todos los niños menores de 5 años han vuelto con los padres, ha asegurado el Gobierno. Sin embargo, Lee Gelernt, un abogado de la ACLU, ha calificado de "extremadamente grave" el hecho de que esos 71 niños sigan alejados de sus padres.

Mucho de los inmigrantes separados de sus hijos estaban huyendo de la violencia y de la criminalidad en Guatemala, El Salvador y Honduras. Los niños fueron enviados a diferentes centros de atención en todo el país, mientras que los padres fueron encarcelados en centros de detención de inmigrantes o en prisiones federales, siguiendo con la política del Gobierno de "tolerancia cero", según la cual cualquier adulto que cruzara la frontera ilegalmente sería procesado.