Geert Wilders, el líder de la ultraderecha en Holanda, acudió ayer a un juzgado de instrucción de Amsterdam para el proceso abierto en su contra en el que se le acusa de incitar al odio racial y la discriminación contra los musulmanes. El caso ha levantado una considerable expectación en Holanda porque se interpreta el juicio como un test sobre los límites de la libertad de expresión y porque Wilders encabeza los sondeos cara a las elecciones generales de mayo del 2011.

La acusación particular, interpuesta por diversas organizaciones musulmanas y no musulmanas, estima que las declaraciones del líder del Partido para la Libertad, comparando el islam con el nazismo, van más allá de los límites de la libertad de expresión y suponen un insulto a los musulmanes como colectivo. La fiscalía del Estado solicitará la absolución de Wilders.

El ultraderechista holandés filmó una película, titulada Fitna , en la que acusaba al Corán de incitar a la violencia. Lo hacía mezclando imágenes de ataques terroristas con citas del libro sagrado del islam. También se ha prodigado con declaraciones tales como comparar el Corán con el Mein Kampf de Hitler.