Durante las dos semanas de guerra en Irak, una tormenta se ha desatado en Cuba. 78 personas, incluyendo 23 periodistas y defensores de los derechos humanos, han sido detenidas y han empezado a ser juzgadas sin garantías, provocando denuncias de diversos estamentos internacionales. Ayer, el anuncio en La Habana de la suspensión sine die de la Conferencia Nación y Emigración acabó de confirmar la crisis.

HUIDAS MASIVAS

Paralelamente, en los últimos días, dos secuestros de aviones y uno de un barco por cubanos que querían escapar de la isla presagian, según algunos expertos, otra oleada de salidas masivas de la isla similar a la de 1994, la de los marielitos .

Le Monde aseguraba ayer que Fidel Castro, aprovechando que la atención internacional está centrada en el golfo Pérsico, "ha aprovechado la guerra contra Irak para intentar diezmar a su oposición". Una opinión similar tiene Joanne Mariner, de Human Rights Watch. "El régimen ve una buena oportunidad para una ofensiva (contra la disidencia), pensando que quizá solucione algunos problemas futuros", dijo a The New York Times .

Los juicios han sido criticados desde todas partes. Intelectuales europeos y Periodistas Sin Fronteras han pedido la liberación inmediata de los detenidos. El Departamento de Estado de EEUU también los ha denunciado y ayer, Charles Barcley, uno de sus portavoces, aseguró a este diario que "se está presionando para lograr el acceso a los juicios".

Respecto al secuestro en los últimos días de dos aviones y un ferry , las razones de estos incidentes son, según EEUU, el hambre y la falta de libertad. Para La Habana, es la política de EEUU y su supuesta permisividad con los emigrantes ilegales cubanos la razón de estos intentos de fuga.

El caso del barco, retenido desde el miércoles en el puerto de Mariel, se resolvió el jueves por la noche sin que las fuerzas de seguridad cubanas dispararan un tiro. Algunos rehenes se lanzaron al agua y sorprendieron por unos momentos a los secuestradores, dando ocasión a los buzos de tomar la nave al abordaje.

FINAL FELIZ

El incidente acabó con la detención de los secuestradores y el rescate de los cerca de 50 rehenes.

Pese a que los secuestros han coincidido con la guerra en Irak, Washington desvincula ambos acontecimientos. El portavoz Barcley no augura una salida masiva de cubanos ahora, pero Wayne Smith, exjefe de la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana, que precedió a James Cason en el cargo, no es tan optimista. Cree que si siguen aumentando las tensiones bilaterales, Castro podría reabrir sus puertos a todo el que quiera dejar la isla, incluidos los delincuentes, como en 1994.